martes, 27 de agosto de 2013

EL VENENO DE LA PRISA

“Deseamos ser felices aun cuando vivimos de tal modo que hacemos imposible la felicidad” (san Agustín)


Imagínese que está al volante de su coche, conduciendo tranquilamente por una calle de un solo carril. De pronto se forma una inesperada caravana. Aunque usted no puede verlo, parece que un camión se ha detenido unos cuantos metros más adelante para realizar una descarga. Pasan los segundos y usted sigue sin poder avanzar. Poco a poco empieza a ponerse nervioso. Echa un vistazo a su reloj y suelta un tedioso resoplido.
Al poco rato comienzan a sonar los primeros bocinazos. En medio de aquel insoportable ruido, finalmente pierde la paciencia y, harto de esperar, se suma a la protesta y toca varias veces el claxon con rabia. Al cabo de un rato retoma la marcha, impotente y molesto por lo sucedido. Puede que usted no sea consciente, pero las emociones negativas que ha creado mientras apretaba el claxon con fuerza le van a acompañar el resto del día. ¿Y todo ello para qué? ¿Acaso su impaciencia le ha servido para acelerar la descarga realizada por el camión? ¿Realmente cree que el conductor ha tardado más de lo necesario aposta sólo para fastidiarle? Lo paradójico es que la impaciencia sólo le ha perjudicado a usted.
LA AUTO - OBSERVACIÓN

De acuerdo con la Psicología Esotérica Gnóstica el único medio, camino o vía para conocerse a sí mismo, es mediante de la Auto - Observación, ya que ella nos conduce hacia el auto - descubrimiento y hacia el despertar tán anhelado por nosotros. Si muy sinceramente y de todo corazón queremos un cambio dentro del centro llamado “YO”, tenemos que reconocer nuestro estado lamentable de miseria y pobreza interior. Es imposible que haya un cambio radical dentro de nosotros mismos, si sólo pensamos en llenar nuestras bolsas de dinero y más dinero.

Sólo con absoluta abnegación y comprensión de lo que desgraciadamente somos, y sin estímulos e incentivos de ninguna especie, podemos de verdad lograr la extirpación radical de Ego.