jueves, 23 de febrero de 2012

LA TRANSFORMACION DE LAS IMPRESIONES




Nuestro tema de hoy está relacionado con la cuestión de la transformación de uno mismo.

En nuestras pasadas pláticas, mucho dijimos sobre la importancia que tiene la vida en sí misma; dijimos, también, que un hombre es lo que es su vida y que esta es como una película que al desencarnar, nos la llevamos para revivirla (en forma retrospectiva) en el Mundo Astral, y que al retornar, la traemos para proyectarla otra vez sobre el tapete del mundo físico. Es claro que la Ley de Recurrencia existe y que todos los acontecimientos se repiten, que todo vuelve realmente a ocurrir tal como sucedió, más las consecuencias buenas y malas; eso es obvio.

Ahora bien, lo importante es conseguir la transformación de la vida, y esto es posible si uno se lo propone, profundamente.

"Transformación" significa que una cosa cambia en otra cosa diferente. Es lógico que todo está sometido a cambios.

Existen transformaciones muy conocidas de la materia; nadie podría negar, por ejemplo, que el azúcar se transforma en alcohol, y que el alcohol (a su vez) se convierte en vinagre por la acción de los fermentos (esta es la transformación de una substancia molecular en otra substancia molecular): Uno sabe, por la nueva Química de los átomos y elementos, que el Radio, por ejemplo, se transforma lentamente en Plomo.

Los Alquimistas de la Edad Media hablaban de la "transmutación del plomo en oro". Sin embargo, no siempre aludían a la cuestión metálica, meramente física. Normalmente querían indicar, con tales palabras, la transmutación del "plomo" (este de la Personalidad ) en el "oro del Espíritu". Así, pues, conviene que reflexionemos en todas estas cosas.

En los Evangelios, la idea del "HOMBRE TERRENAL" (comparado este a una semilla capaz de crecimiento), tiene la misma significación, como la tiene también la idea del RENACIMIENTO, de un hombre "NACE OTRA VEZ". Sin embargo, es obvio que si el grano no muere, la planta no nace; en toda transformación existe MUERTE Y NACIMIENTO, o MUERTE y RESURRECCION.

Ya uno sabe que en la Gnosis, consideramos al hombre como una fábrica de tres pisos que absorbe, normalmente, tres alimentos. El alimento común, normalmente le corresponde al piso inferior de la fábrica (a la cuestión esta del estómago); el aire, naturalmente, está en el segundo piso, pues se haya relacionado con los pulmones, y las impresiones, indubitablemente están íntimamente asociadas al cerebro, o tercer piso (esto es cuestión de OBSERVACION, ¿verdad, hermanos? ).

El alimento que comemos, sufre sucesivas transformaciones (esto es incuestionable). El proceso de la vida en sí misma, por sí misma, es la transformación. Cada criatura del Universo, mis estimables hermanos, vive mediante la transformación de una substancia en otra. Un vegetal, por ejemplo, transforma el aire, el agua y las sales de la tierra, en nuevas substancias vitales, en elementos útiles para nosotros, como son (por ejemplo) las nueces, las frutas, las papas, o los limones, las "judías", los guisantes, etc. Así pues, todo es TRANS-FOR-MA-CION.

Por la acción de la luz solar, obtenemos los variados fermentos de la Naturaleza. Es incuestionable que la sensible película de vida, que normalmente se extiende sobre la faz de la Tierra, conduce toda la FUERZA UNIVERSAL hacia el interior mismo del mundo planetario en que vivimos. Pero cada planta, cada insecto, cada criatura (el mismo "animal intelectual" equivocadamente llamado "hombre"), absorbe, asimila determinadas fuerzas cósmicas y luego las transforma y retransmite (inconscientemente) a las capas anteriores del organismo planetario. Tales fuerzas, transformadas, se hayan íntimamente relacionadas con la economía de este organismo planetario en que vivimos. Cada criatura, según su especie, transforma determinadas fuerzas que luego retransmite al interior de la Tierra, para la economía del mundo. También las demás criaturas, las distintas especies (las plantas, etc.), cumplen la misma función.

Sí, en todo existe transformación. Así, pues, la epidermis de la Tierra es un órgano de transformación.

Cuando comemos el alimento, tan necesario para nuestra subsistencia, este es transformado (claro está, etapa tras etapa) en todos esos elementos vitales, tan indispensables para nuestra misma existencia. ¿Quién realiza, dentro de nosotros, ese proceso de transformación de las substancias? ¡El centro instintivo! ¡Cuán sabio es tal centro! ¡Realmente, nos asombramos de la sabiduría de dicho centro!.

La digestión en sí misma, mis estimables hermanos, es transformación. Todos pueden ver que el alimento tomado por el estómago (es decir, la parte inferior de esta fábrica de tres pisos, que es el organismo humano) se transforma. Si un alimento, por ejemplo, pasara por el estómago y no se transformara, el organismo no podría asimilar sus principios, sus vitaminas, sus proteínas, eso sería, sencillamente, una indigestión. Así, pues, conforme nosotros vamos reflexionando en esta cuestión, llegamos a comprender la necesidad de pasar por una transformación.

Claro está que los alimentos físicos se transforman; más hay algo que nos invita mucho a la reflexión: no existe una transformación (por ejemplo) adecuada de las impresiones. Para el propósito de la Naturaleza, propiamente dicha, no hay necesidad alguna de que el "animal intelectual" equivocadamente llamado "hombre", transforme las impresiones. Pero un hombre puede transformar sus impresiones, por sí mismo, si posee (naturalmente) el conocimiento de fondo, esotérico y comprende el por qué de esa necesidad (¡resultaría magnífico transformar las impresiones!).

La mayoría de las gentes, en el terreno de la vida práctica, creen que este mundo físico les va a dar, exactamente, lo que anhelan y buscan, y he ahí, mis estimables hermanos, una tremenda equivocación. La vida, en sí misma, entra en nosotros, en nuestro organismo, en forma de meras impresiones.

Lo primero que realmente debemos comprender, es el significado de este trabajo esotérico, relacionado íntimamente con la cuestión de las impresiones. ¿Que necesitamos transformar la vida? ¡Es verdad! Y uno no podría realmente transformar su vida, si no transforma las impresiones que le llegan a la mente. Es urgente, pues, que los que escuchen esta cátedra, reflexionen en lo que aquí estamos diciendo.

No existe, realmente, tal cosa como la "vida externa" y vean ustedes que estamos hablando de algo muy revolucionario, pues todo el mundo cree que lo físico es lo real; pero si vamos un poquito más a fondo, lo que realmente estamos recibiendo, a cada instante, a cada momento, son meramente impresiones. Vemos a una persona que nos agrada o que nos desagrada, y lo primero que obtenemos son impresiones de esa naturaleza. ¿verdad? Esto no lo podemos negar.
La vida es, dijéramos, una SUCESION DE IMPRESIONES y no como creen muchos "ignorantes ilustrados": una cosa sólida, física, de tipo exclusivamente material; la realidad de la vida son sus impresiones. Claro está que la idea que estamos emitiendo a través de esta grabación, resulta ciertamente muy difícil de capturar, de aprehender; constituye un trabajoso punto de intersección. Es posible que ustedes, que me está escuchando, tengan la certeza de que la vida que tienen existe como tal, y no como sus impresiones. Están tan sugestionados ustedes por el mundo físico, que obviamente así piensan.

La persona que vemos sentada, por ejemplo, en una silla (allá, con tal o cual traje de color), aquel que nos sonríe más allá, aquel que va tan serio, etc., es para nosotros es cosa real, ¿verdad? pero si meditamos (profundamente) en todo lo que vemos, llegamos a la conclusión de que lo real son las impresiones. Estas, como ya dije, llegan a la mente, a través (claro está) de las ventanas de los cinco sentidos. Si no tuviéramos, por ejemplo, ojos para ver, ni oídos para oír, ni tacto para tocar, ni olfato para oler, o ni siquiera gusto para gustar los alimentos que entran en nuestro organismo, ¿existiría acaso, para nosotros, esto que se llama "mundo físico"? ¡Claro que no, absolutamente no!.

Así, pues, la vida nos llega en forma de impresiones, y es ahí, precisamente ahí, donde existe la posibilidad de trabajar sobre nosotros mismos.

Ante todo (si eso queremos hacer), pues hay que comprender el trabajo que debemos hacer. Si no hiciéramos ese trabajo en forma correcta, ¿cómo podríamos lograr una transformación psicológica, en sí mismos? Es obvio que el trabajo que vamos a realizar sobre sí mismos, debe ser sobre las impresiones que estamos recibiendo a cada instante, a cada momento. Y a menos que lo aprehenda, o capture, etc., nunca nadie comprendería el significado de lo que en el trabajo es llamado el "PRIMER CHOQUE CONSCIENTE ".

El "CHOQUE" se relaciona con esas impresiones que son todo cuanto conocemos del mundo exterior, que estamos recibiendo, que tomamos como si fueran las verdaderas cosas, las verdaderas personas.

Necesitamos, pues, transformar nuestra vida, y esta es INTERNA. Al querer transformar, pues, estos aspectos psicológicos de nuestra vida, obviamente necesitamos trabajar sobre las impresiones (que entran en nosotros, claro está).

¿Por qué llamamos nosotros, al trabajo sobre la transformación de las impresiones, el "PRIMER CHOQUE CONSCIENTE"? Por un motivo, mis queridos hermanos gnósticos, por un solo motivo: porque, sencillamente, es algo que en modo alguno podríamos efectuar en forma meramente mecánica. Esto no sucede jamás mecánicamente, se necesita de un esfuerzo auto-consciente.

Es claro que un aspirante gnóstico que comience a comprender esta clase de trabajo, obviamente (por tal motivo) comienza también a dejar de ser un hombre que sirve, exclusivamente, a los intereses de la Naturaleza; una criatura absolutamente dormida, que sencillamente no es más que una "empleada" de la Naturaleza, para los fines económicos de la misma, los cuales no sirven, en modo alguno, a los intereses de nuestra propia Auto-Realización Intima.

Si ustedes comienzan ahora a comprender el significado de todo cuanto en este "cassette" estamos enseñando; si piensan ahora en el significado de todo cuanto se les enseña a hacer, por la vía (dijéramos) del esfuerzo propio (empezando con la OBSERVACION DE SI MISMOS), verán sin duda, mis queridos hermanos gnósticos, que en el lado práctico del trabajo esotérico, todo se relaciona con la transformación de las impresiones y lo que resulta (naturalmente) de las mismas.

El trabajo, por ejemplo, sobre las emociones negativas, sobre los estados de ánimos enojosos, sobre la cuestión esta de la IDENTIFICACION, sobre la auto-consideración, sobre los "YOES-SUCESIVOS", sobre la auto-justificación, sobre la disculpa y sobre los estados inconscientes en que nos encontramos, se relaciona (en todo) con la transformación de las impresiones y lo que resulta de ello.

Así convendrá, mis queridos hermanos gnósticos, que en cierto modo el trabajo sobre sí mismos se compare a la decisión, en el sentido de que es una transformación. Quiero que ustedes reflexionen profundamente en esto, que comprendan, pues, lo que es el "PRIMER CHOQUE CONSCIENTE". Es preciso formar un INSTRUMENTO DE CAMBIO en el lugar de entrada de las impresiones (¡no lo olviden!).

Si mediante la comprensión del trabajo ustedes pueden aceptar la VIDA COMO TRABAJO (realmente esotérico), entonces estarán en un estado constante de RECUERDO DE SI MISMOS. Este estado de Conciencia de SI MISMOS, los llevará a ustedes (naturalmente) al terreno viviente de la transformación de las impresiones, y así normalmente (o supra-normalmente, mejor dijéramos), al de una vida distinta, en lo que a ustedes naturalmente respecta. Es decir, que ya la vida no obrará más sobre todos ustedes, mis queridos hermanos, como lo hacía antes; comenzarán ustedes a pensar y a comprender de una manera nueva, y este es el comienzo, naturalmente, de su propia transformación. Porque mientras ustedes sigan pensando de la misma manera, tomando la vida de la misma manera, es claro que no habrá ningún cambio en ustedes.

Transformar las impresiones de la vida, es transformarse uno mismo, mis queridos hermanos gnósticos, y solo una manera de pensar enteramente nueva, puede efectuarlo. Todo este trabajo, pues, se dirige hacia una forma radical de transformación. Si uno no se transforma, nada logra.

Comprenderán ustedes que la vida nos exige (continuamente) reaccionar. Todas esas reacciones forman nuestra vida, nuestra vida personal. Cambiar la vida de uno, no es cambiar las circunstancias meramente externas, es cambiar realmente las propias reacciones. Pero si no vemos que la vida exterior nos llega como meras impresiones que nos obligan incesantemente a reaccionar (en una forma, dijéramos, más o menos estereotipada), no veremos donde empieza el punto que realmente posibilite el cambio, y donde es posible trabajar.


Las reacciones, que forman nuestra vida personal, son casi todas de tipo negativo. Entonces también nuestra vida será negativa, no será más que una serie sucesiva de reacciones negativas, que se dan como respuesta incesante a las impresiones que llegan a la mente. Luego nuestra tarea consiste en transformar las impresiones de la vida, de modo que no provoquen ese tipo de reacciones negativas a que estamos tan acostumbrados. Pero, para lograrlo, es necesario estarnos AUTO-OBSERVANDONOS de instante en instante, de momento en momento. Así las impresiones no llegan de un modo mecánico; eso equivale a empezar a vivir más conscientemente.

Un individuo puede permitir, darse el lujo de que las impresiones le lleguen mecánicamente, pero si uno no comete semejante error, si transforma sus impresiones, entonces comienza a vivir conscientemente. Por eso se dice que este es el "PRIMER CHOQUE CONSCIENTE". El PRIMER CHOQUE CONSCIENTE radica, precisamente, en la transformación de las impresiones que llegan a la mente. Si uno consigue transformar las impresiones que llegan a la mente, en el momento mismo de su entrada, siempre se puede trabajar en el resultado de las mismas. Claro está que, al transformarlas, evitamos que produzcan sus efectos mecánicos, que siempre suelen ser desastrosos en el interior de nuestra psiquis.

Esto exige un sentimiento definido, una vibración definida del trabajo, una valorización de la Enseñanza, lo que significa que este trabajo esotérico debe ser llevado hasta el punto, por así decirlo, donde entran las impresiones, y desde donde son distribuidas (mecánicamente) a su lugar acostumbrado (por la Personalidad), para evocar las antiguas reacciones.

Quiero que ustedes vayan entendiendo un poquito más. Voy a tratar, dijéramos, de simplificar, a fin de que ustedes puedan entender. Pondré un ejemplo: si arrojamos una piedra a un lago cristalino, en el lago vemos que se producen impresiones, y es la respuesta a las impresiones dadas por la piedra (son las reacciones). Estas se manifiestan en ondas que van desde el centro hasta la periferia, ¿verdad?. Bueno, ahora lleven ustedes, mis queridos hermanos gnósticos, este ejemplo a la mente. Imagínesela, por un momento, como un lago. De pronto, aparece la imagen de una persona. Esa imagen, dijéramos, es como la piedra de nuestro ejemplo: llega al lago de la mente, y entonces la mente reacciona (las impresiones son las que producen la imagen que llega a la mente; las reacciones son la respuesta a tales impresiones). Si ustedes tiran una pelota contra un muro, el muro recibe la impresión y viene la reacción, que consiste en que (inconscientemente) regresa la pelota a quien la mandó. Bueno, puede que no le llegue directamente, pero de todas maneras rebota la pelota y eso es reacción ¿verdad?.
Bien, hay impresiones que no son muy agradables. Por ejemplo, las palabras de un insultador no son, por cierto, bastante buenas que se diga, ¿no? Claro que podríamos, dijera, transformar esas palabras del insultador. Pero si las palabras son como son, ¿entonces qué podríamos hacer?

¿Transformar las impresiones que tales palabras nos producen? Sí, eso es posible, y la Enseñanza Gnóstica nos enseña a cristalizar la SEGUNDA FUERZA (es decir, al CRISTO en nosotros), mediante un postulado que dice: "HAY QUE RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE NUESTROS SEMEJANTES ). He ahí, pues, el modo de transformar las impresiones que producen, en nosotros, las palabras de un insultador: RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE NUESTROS SEMEJANTES. Este postulado nos llevará, naturalmente, a la cristalización de la SEGUNDA FUERZA (es decir, al CRISTO en nosotros), hará que el CRISTO venga a tomar forma en nosotros. Es un postulado sublime, esotérico en un ciento por ciento.

Ahora bien, si del mundo físico no conocemos sino las impresiones, entonces (propiamente) el mundo físico no es tan externo como creen las gentes. Con justa razón dijo Don Emmanuel Kant: "Lo exterior es lo interior". Así, pues, si lo interior es lo que cuneta, pues debemos transformar lo interior (las impresiones son interiores).

Así, pues, todos los objetos, las cosas, todo lo que vemos, existe en nuestro interior en forma de impresiones. Si, por ejemplo, nosotros no transformamos las impresiones, nada cambia en nosotros. La lujuria, la codicia, el odio, el orgullo, etc., existen en forma de impresiones (dentro de nuestra psiquis) y vibran incesantemente. El resultado mecánico de tales impresiones, han sido todos esos "elementos inhumanos" que llevamos dentro, y que normalmente los hemos llamado "Yoes", los "Yoes", que en su conjunto constituyen el "mí mismo", el "sí mismo", ¿verdad ?.

Supongamos que un individuo, por ejemplo, ve a una mujer provocativa y no transforma sus impresiones. El resultado será que las mismas (de tipo naturalmente lujurioso), exigen en él, pues, un deseo de poseerla. Tal deseo viene a ser el resultado mecánico de la impresión recibida, y se plasma, viene a cristalizar, a tomar una forma en nuestra psiquis, se convierte en un "agregado" más, es decir, en un "elemento inhumano", en un nuevo "Yo" de tipo lujurioso que viene a agregarse a la suma (existente ya) de "elementos inhumanos" que, en su totalidad, constituyen el EGO, el "mí mismo", el "sí mismo".

Pero vamos a seguir reflexionando. En nosotros existe ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza y gula. IRA, ¿porqué? Porque muchas impresiones llegaron a nosotros, a nuestro interior, y nunca las transformamos. El resultado mecánico de tales impresiones, pues fue la ira, fueron los "Yoes" que aún existen, viven en nuestra psiquis, y que constantemente, pues, nos hacen sentir coraje.

Codicia. Indubitablemente, muchas cosas despertaron en nosotros la codicia: el dinero, las joyas, las cosas materiales de todo tipo, etc. Esos objetos llegaron a nosotros en forma de impresiones. Nosotros cometimos el error de no haber transformado esas impresiones, por ejemplo en otra cosa diferente: en una admiración por la belleza, o en altruismo, o en alegría por el dueño de tales o cuales cosas, en fin... ¿Y qué? Pues que tales impresiones no transformadas, naturalmente se convirtieron en "Yoes" de codicia que ahora cargamos en nuestro interior.

En cuanto a la lujuria, ya dije que distintas formas de lujuria llegaron a nosotros en forma de impresiones, y surgieron (en el interior de nuestra mente) imágenes, dijéramos, de tipo erótico, cuya reacción fue la lujuria. Como quiera que nosotros no transformamos entonces esas ondas lujuriosas, esas vibraciones lujuriosos, esas impresiones, ese SENTIR LUJURIOSOS, ese EROTISMO MALSANO, no bien entendido (porque bien entendido, ya dije que el erotismo es sano), naturalmente que el resultado no se hizo esperar: fue completamente mecánico, nacieron nuevos " Yoes " dentro de nuestra psiquis, de tipo, claro está, morboso.

Así, pues, hoy en día nos toca trabajar sobre las impresiones que tenemos en nuestro interior y sobre sus resultados mecánicos. Dentro, tenemos impresiones de ira, de lujuria, de envidia, de orgullo, de pereza, de gula, etc., etc., etc. (y "otras tantas hierbas"). También tenemos, dentro, los resultados mecánicos de tales impresiones: manojos de "Yoes" pendencieros y gritones que ahora necesitamos comprender y E-LI-MI-NAR.

Todo el trabajo sobre nuestra vida, versa pues en saber transformar las impresiones y también en saber eliminar, dijéramos, los resultados mecánicos de las impresiones no transformadas en el pasado.

El mundo exterior, propiamente no existe; lo que existe es lo interno. Las impresiones son interiores, y las reacciones (con tales impresiones) son de tipo completamente interior. ¿Quién podría decir que está viendo a un árbol en sí mismo) No, estará viendo la IMAGEN DEL ARBOL, pero no al árbol. La "COSA EN SI", como decía Don Emmanuel Kant, nadie la ve; se ve la IMAGEN de la cosa, es decir, surgen en nosotros las impresiones sobre un árbol, sobre una cosa. Estas son INTERNAS, son de adentro, son de la mente. Si uno, por ejemplo, no hace una modificación de sus propias impresiones internas, el resultado mecánico no se deja esperar: es el NACIMIENTO DE NUEVOS "YOES" que vienen a esclavizar, aún más, a nuestra Esencia, a nuestra Conciencia; que vienen a intensificar el sueño en que vivimos.

Cuando uno comprende que, realmente, todo lo que existe
dentro de uno mismo (con relación al mundo físico), no son más que impresiones, comprende también la necesidad de transformar ese impresiones, y al hacerlo, se produce una transformación total de uno mismo.

No hay cosa que más duela, por ejemplo, que la calumnia, o las palabras de un insultador; pero si uno es capaz de transformar las impresiones que le producen a uno tales palabras, esas quedan entonces como un cheque sin fondo.

Ciertamente, las palabras de un insultador no tienen más valor que el que les de el insultado. Si el insultado no le da valor a tales palabras, las mismas quedan sin valor (repito, aunque me haga cansón: quedan como un cheque sin fondo). Cuando uno comprende esto, transforma entones las impresiones de tales palabras, por ejemplo en algo distinto: en amor, en compasión por el insultador, y eso (naturalmente) significa TRANS-FOR-MA-CION.

Así, pues, necesitamos estar transformando (incesantemente) las impresiones, no solo las presentes, sino las pasadas. Dentro de nosotros existen muchas impresiones (que cometimos el error, en el pasado, de no haber transformado) y muchos resultados mecánicos de las mismas, que son los tales "Yoes" que ahora hay que desintegrar, aniquilar, a fin de que la Conciencia quede libre y despierta.

Quiero que ustedes reflexionen (profundamente) en lo que estoy diciendo: las cosas, las personas, no son más que impresiones dentro de ustedes, dentro de su mente. Si transforman esas impresiones, se transforma la vida de ustedes.

Cuando hay (por ejemplo) orgullo, eso tiene por basamento la ignorancia. ¿De qué puede sentirse orgullosa, por ejemplo, una persona? ¿De su posición social, de su dinero, de qué? Pero si esa persona, por ejemplo, piensa que su posición social es una cuestión meramente mental, es una serie de impresiones que han llegado a su mente (impresiones sobre su estado social, o su dinero); cuando piensa que tal estado no es más que una cuestión mental, o cuando analiza, pues, la cuestión del dinero y se da cuenta que eso solo existe (en la mente) en forma de impresiones (las impresiones que produce el dinero, claro está); si analiza esto a fondo, si comprende (realmente) que el dinero y la posición social (y además) no son más que impresiones internas de la mente, por el solo hecho de comprender que solo son impresiones de la mente, hay transformación de las mismas; entonces el orgullo por sí mismo cae, se desploma, y nace en una forma muy natural, en nosotros, la humildad.

Continuando así con estos procesos de transformación de las impresiones, diré algo más. Por ejemplo: una imagen de una mujer lujuriosa llega a la mente, o surge en la mente. Tal imagen es una impresión, obviamente. Nosotros podríamos transformar esa impresión lujuriosa, mediante la comprensión. Bastará con que pensáramos en que la citada imagen es perecedera, en que esa belleza es (por lo tanto) ilusoria. Si recordáramos, por unos instantes, que esa mujer ha de morir y que su cuerpo se va a volver polvo en el Panteón; si con la imaginación viésemos su cuerpo en estado de desintegración, dentro de la sepultura, sería esto más que suficiente como para transformar esa impresión lujuriosa en CASTIDAD. Así, transformándola, no surgirían (en la
psiquis) más "Yoes" de lujuria.

Así, pues, conviene que mediante la comprensión, transformemos las impresiones que surgen en la mente.

Creo que los estimables hermanos van comprendiendo que el mundo exterior no es tan exterior como normalmente se cree. Es interior , pues todo lo que nos llega del mundo, no son más que impresiones internas. Nadie podría meter un árbol dentro de su mente, o una silla, o una casa, o un palacio, o una piedra. Allí todo, en nuestra mente, no son sino impresiones (eso es todo), impresiones de un mundo que llamamos "exterior", pero que realmente no es tan exterior como se piensa.

Conviene, pues, que todos nosotros vayamos transformando las impresiones mediante la comprensión. Si alguien nos alaba, por ejemplo, ¿cómo transformaríamos nosotros la vanidad que tal adulador podría provocar en nosotros? Obviamente, las alabanzas, las adulaciones, no son más que impresiones que llegan a la mente, y esta reacciona en forma de vanidad. Pero si se transforman tales impresiones, la vanidad se hace imposible.

¿Cómo se transformarían, pues, las palabras de un adulador, esas impresiones de alabanza, en qué forma? ¡Mediante la comprensión !Cuando uno realmente comprende que no es más que una infinitesimal criatura en un rincón del Universo, de hecho transforma, pues, tales impresiones de alabanza, o de lisonja, en algo distinto; convierte tales impresiones, dijéramos, en lo que son: polvo, polvareda cósmica, porque comprende su propia posición.

Ya sabemos que nuestro planeta Tierra es un grano de arena en el espacio. Pensemos en la Galaxia en que vivimos, compuesta por miles y millones de mundos... ¿Qué es la Tierra? Es una mísera partícula de polvo en ese Infinito. ¿Y qué nosotros? Organismos (dijéramos) así, micro-organismos, dentro de esa partícula... ¿Entonces qué? ¿Qué conseguiríamos nosotros con estas reflexiones? CAMBIAR (es claro) y esto, obviamente, produciría una transformación de las impresiones que se relacionan con la lisonja, la adulación, la alabanza, y no reaccionaríamos
(como resultado) en forma de orgullo, ¿verdad?.

Tanto más reflexionemos en esto, vemos más y más la necesidad de una transformación completa de impresiones.

Todo lo que vemos (externo), es interior. Luego, si no trabajamos sobre lo interior, vamos por el camino del error, porque no modificaríamos entonces nuestra vida. Si queremos ser distintos, necesitamos transformarnos íntegramente, y si queremos transformarnos, debemos empezar por transformar las impresiones. Ahí está la clave para la transformación radical del individuo.

En la misma transmutación sexual, hay transformación de las impresiones. Transformando las impresiones animales, bestiales, en elementos de la devoción, entonces surge (en nosotros) la transformación sexual: la TRANSMUTACION.

Creo que ustedes me han comprendido y por hoy llegaremos hasta esta parte, pues, de nuestro discurso. Espero que los que escuchen esta cinta, tengan la a amabilidad de analizarla, de comprenderla.

Samael Aun Weor.

lunes, 20 de febrero de 2012

LA CONCIENCIA


Las gentes confunden a la CONCIENCIA con la INTELIGENCIA o con el INTELECTO, y a la persona muy inteligente o muy intelectual, le dan el calificativo de muy consciente.

Nosotros afirmamos que la CONCIENCIA en el hombre es fuera de toda duda y sin temor a engañamos, una especie muy particular de APREHENSIÓN DE CONOCIMIENTO INTERIOR totalmente independiente de toda actividad mental.

La facultad de la CONCIENCIA nos permite el conocimiento de SÍ MISMOS.

La CONCIENCIA nos da conocimiento íntegro de lo que ES, de donde está, de lo que realmente se sabe, de lo que ciertamente se ignora.

La PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA enseña que sólo el hombre mismo puede llegar a conocerse a sí mismo.

Solo nosotros podemos saber si somos conscientes en un momento dado o no. Sólo uno mismo puede saber de su propia conciencia y si esta existe en un momento dado o no.

El hombre mismo y nadie mas que él, puede darse cuenta por un instante, por un momento de que antes de ese instante, antes de ese momento, realmente no era consciente, tenia su conciencia muy dormida, después olvidará esa experiencia o la conservará como un recuerdo, como el recuerdo de una fuerte experiencia.

Es urgente saber que la CONCIENCIA en el ANIMAL RACIONAL no es algo continuo, permanente.

Normalmente la CONCIENCIA en el ANIMAL INTELECTUAL llamado hombre, duerme profundamente.

Raros, muy raros son los momentos en que la CONCIENCIA está despierta; el animal intelectual trabaja, maneja carros, se casa, se muere, etc. con la conciencia totalmente dormida, y sólo en momentos muy excepcionales despierta.

La vida del ser humano es una vida de sueño, pero él cree que está despierto y jamás admitiría que está soñando, que tiene la conciencia dormida.

Si alguien llegara a despertar, se sentiría espantosamente avergonzado consigo mismo, comprendería de inmediato su payasada, su ridiculez.

Esta vida es espantosamente ridícula, horriblemente trágica y rara vez sublime.

Si un boxeador llegara a despertar de inmediato en plena pelea, miraría avergonzado a todo el honorable público y huiría del horrible espectáculo, ante el asombro de las dormidas e inconscientes multitudes.

Cuando el ser humano admite que tiene la CONCIENCIA DORMIDA, podéis estar seguros de que ya comienza a despertar.

Las Escuelas reaccionarias de Psicología anticuada que niegan la existencia de la CONCIENCIA y hasta la inutilidad de tal término, acusan el estado de sueño más profundo. Los secuaces de tales Escuelas duermen muy profundamente en un estado prácticamente infraconsciente e inconsciente.

Quienes confunden a la conciencia con las funciones Psicológicas; pensamientos, sentimientos, impulsos motrices y sensaciones, realmente están muy inconscientes, duermen profundamente.

Quienes admiten la existencia de la CONCIENCIA pero niegan de plano los distintos grados concientivos, acusan falta de experiencia conciente, sueño de la conciencia.

Toda persona que por alguna vez haya despertado momentáneamente, sabe muy bien por experiencia propia que existen distintos grados de conciencia observables en uno mismo.

Primero: TIEMPO. ¿Cuánto tiempo permanecimos conscientes?
Segundo: FRECUENCIA. ¿Cuántas veces hemos despertado conciencia?
Tercero: AMPLITUD Y PENETRACIÓN. ¿De qué se era consciente?

La PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA y la antigua PHILOKALIA afirman que mediante grandes SUPER-ESFUERZOS de tipo muy especial se puede despertar conciencia y hacerla continua y controlable.

La EDUCACIÓN FUNDAMENTAL tiene por objeto despertar CONCIENCIA. De nada sirven diez o quince años de estudios en la Escuela, el Colegio y la Universidad, si al salir de las aulas somos autómatas dormidos.

No es exageración afirmar que mediante algún gran ESFUERZO puede el ANIMAL INTELECTUAL ser consciente de sí mismo tan solo por un par de minutos.

Es claro que en esto suelen haber hoy raras excepciones que tenemos que buscar con la linterna de Diógenes, esos casos raros están representados por los HOMBRES VERDADEROS, BUDDHA, JESÚS, HERMES, QUETZALCOATL, etc.

Estos fundadores de RELIGIONES poseyeron CONCIENCIA CONTINUA, fueron grandes ILUMINADOS.

Normalmente las gentes NO son conscientes de sí mismas. La ilusión de ser conscientes en forma continua, nace de la memoria y de todos los procesos del pensamiento.

El hombre que practica un ejercicio retrospectivo para recordar toda su vida, puede en verdad rememorar, recordar cuántas veces se casó, cuántos hijos engendró, quiénes fueron sus padres, sus Maestros, etc., pero esto no significa despertar conciencia, esto es sencillamente recordar actos inconscientes y eso es todo.

Es necesario repetir lo que ya dijimos en precedentes capítulos. Existen cuatro estados de CONCIENCIA. Estos son: SUEÑO, estado de VIGILIA, AUTO-Conciencia y CONCIENCIA OBJETIVA.

El pobre ANIMAL INTELECTUAL equivocadamente llamado HOMBRE, sólo vive en dos de esos estados. Una parte de su vida transcurre en el sueño y la otra en el mal llamado ESTADO DE VIGILIA, el cual también es sueño.

El hombre que duerme y está soñando, cree que despierta por el hecho de regresar al estado de vigilia, pero en realidad durante este estado de vigilia continúa soñando.

Esto es semejante al amanecer, se ocultan las estrellas debido a la luz solar pero ellas continúan existiendo aunque los ojos físicos no las perciban.

En la vida normal común y corriente el ser humano nada sabe de la AUTO-CONCIENCIA y mucho menos de la CONCIENCIA OBJETIVA.

Sin embargo, la gente es orgullosa y todo el mundo se cree AUTO-CONCIENTE; el ANIMAL INTELECTUAL cree firmemente que tiene conciencia de sí mismo y de ninguna manera aceptaría que se le dijese que es un dormido y que vive inconsciente de sí mismo.

Existen momentos excepcionales en que el ANIMAL INTELECTUAL despierta, pero esos momentos son muy raros, pueden representarse en un instante de peligro supremo, durante una intensa emoción, en alguna nueva circunstancia, en alguna nueva situación inesperada, etc.

Es verdaderamente una desgracia que el pobre ANIMAL INTELECTUAL no tenga ningún dominio sobre esos estados fugaces de conciencia, que no pueda evocarlos, que no pueda hacerlos continuos.

Sin embargo, la EDUCACIÓN FUNDAMENTAL afirma que el hombre puede LOGRAR el control de la CONCIENCIA y adquirir AUTO-CONCIENCIA.

La PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA tiene métodos, procedimientos científicos para DESPERTAR CONCIENCIA.

Si queremos DESPERTAR CONCIENCIA necesitamos empezar por examinar, estudiar y luego eliminar todos los obstáculos que se nos presentan en el camino, en este libro hemos enseñado el camino para despertar CONCIENCIA, empezando desde los mismos bancos de la Escuela.

Samael Aun Weor, Educación Fundamental. Capítulo XXXVII. La conciencia

domingo, 19 de febrero de 2012

REBELDÍA PSICOLÓGICA

                   






Psicologia Revolutionaria-Rebeldia Psicologica
No está de más recordar a nuestros lectores que existe un punto matemático dentro de nosotros mismos...
Incuestionablemente, tal punto jamás se encuentra en el pasado, ni tampoco en el futuro...
Quien quiera descubrir ese punto misterioso debe buscarlo aquí y ahora dentro de sí mismo, exactamente en este instante, ni un segundo adelante ni un segundo atrás...
Los dos palos, Vertical y Horizontal, de la santa cruz se encuentran en ese punto...
Nos hallamos, pues, de instante en instante ante dos caminos: el Horizontal y el Vertical...
Es ostensible que el Horizontal es muy "cursi"; por él andan "Vicente y toda la gente", "Villegas y todo el que llega", "Don Raimundo y todo el mundo"...
Es evidente que el Vertical es diferente; es el camino de los rebeldes inteligentes, el de los revolucionarios...
Cuando uno se acuerda de sí mismo, cuando trabaja sobre sí mismo, cuando no se identifica con todos los problemas y penas de la vida, de hecho va por la senda Vertical...
Ciertamente, jamás resulta tarea fácil eliminar las emociones negativas, perder toda identificación con nuestro propio tren de vida, problemas de toda índole, negocios, deudas, pago de letras, hipotecas, teléfono, agua, luz, etc., etc., etc...


Los desocupados, aquellos que por tal o cual motivo han perdido el empleo, el trabajo, evidentemente sufren por falta de dinero, y olvidar su caso, no preocuparse ni identificarse con su propio problema, resulta de hecho espantosamente difícil.
Quienes sufren, quienes lloran, aquellos que han sido víctimas de alguna traición, de un mal pago en la vida, de una ingratitud, de una calumnia o de algún fraude, realmente se olvidan de sí mismos, de su Real Ser íntimo, se identifican completamente con su tragedia moral...
El trabajo sobre sí mismo es la característica fundamental del camino Vertical. Nadie podría hollar la “senda de la gran rebeldía” si jamás trabajase sobre sí mismo...
El trabajo al que nos estamos refiriendo es de tipo psicológico; se ocupa de cierta transformación del momento presente en que nos encontramos. Necesitamos aprender a vivir de instante en instante...
Por ejemplo, una persona que se encuentra desesperada por algún problema sentimental, económico o político, obviamente se ha olvidado de sí misma...
Tal persona, si se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a sí misma y luego se esfuerza en comprender el sentido de su actitud...
Si reflexiona un poco, si piensa en que todo pasa, en que la vida es ilusoria, fugaz, y en que la muerte reduce a cenizas todas las vanidades del mundo...
Si comprende que su problema, en el fondo, no es más que una "llamarada de petate", un fuego fatuo que pronto se apaga, verá de pronto con sorpresa que todo ha cambiado...
Psicologia Revolutionaria-Confrontación Lógica
Transformar reacciones mecánicas es posible mediante la confrontación lógica y la autorreflexión íntima del Ser...
Es evidente que las gentes reaccionan mecánicamente ante las diversas circunstancias de la vida...
¡Pobres gentes!, suelen siempre convertirse en víctimas. Cuando alguien les adula, sonríen; cuando les humillan, sufren. Insultan si se les insulta, hieren si se les hiere; nunca son libres. Sus semejantes tienen poder para llevarles de la alegría a la tristeza, de la esperanza a la desesperación.
Cada persona de esas que van por el camino Horizontal se parece a un instrumento musical donde cada uno de sus semejantes toca lo que le viene en gana...
Quien aprende a transformar las relaciones mecánicas, de hecho se mete por el camino Vertical...
Esto representa un cambio fundamental en el “Nivel de Ser”, resultado extraordinario de la rebeldía psicológica...

Psicologia Revolutionaria, por Samael Aun Weor

EL RECUERDI DE SI 2da Parte.



El RECUERDO DE SI

Dice el Venerable Maestro Samael Aun Weor: “Quien quiera despertar Conciencia debe practicar, de momento en momento, la íntima recordación de sí mismo”.

Por tanto, debemos ser conscientes de que quien se olvida de sí mismo, proseguirá con la Conciencia dormida y, consecuentemente, potenciando las representaciones que favorecen la identificación y la fascinación. El recuerdo de sí constituye un método que lleva implícito la no identificación , y, precisamente por esa condición, representa el punto de partida del trabajo interior.

Puede definirse el recuerdo del Ser como el regreso a nuestra Conciencia, o como el estado de concentración íntima, al tiempo que se cumplimentan las diferentes actividades de nuestra existencia. Lo anterior implica percatarse, consciente y plenamente, de todos los procesos subconscientes del ego. Más aún, sería vivir conscientemente la totalidad de la existencia, incluidas las actividades más ordinarias, espiritualizando o consagrando toda nuestra existencia a lo Vertical30.

La íntima recordación de sí mismo, en sentido estricto, sólo puede darse cuando la persona se haya, en forma natural y espontánea, sin interferencias mentales de ninguna clase, en ejercicio del Tercer Estado de Conciencia.

Y, siguiendo con su revelación el Maestro nos dice:

¿Cuál sería el correcto modo de proceder para no olvidarse jamás de sí mismo? En realidad, sólo mediante la perfecta relación entre la Conciencia, el cuerpo y el ambiente externo, se logra ese sabor maravilloso del Espíritu y esa conducta auténtica del que jamás se olvida de sí mismo.  La Conciencia, el cuerpo y el ambiente externo absolutamente equilibrados permiten, en realidad de verdad, mantener cierta relación maravillosa que indica con precisión exacta a aquél que jamás se olvida de sí mismo

Por tanto, se observa que el recuerdo de sí constituye la característica peculiar y continua del trabajo interno. El Maestro señala que este ejercicio resulta indispensable y urgente para el despertar de la Conciencia. Tal es así que, a mayor abundamiento, nos señala que el no recordarse a sí mismo es la “causa causorum de toda la ignorancia humana.”

En sentido práctico, el recuerdo de sí constituye el ineludible esfuerzo por regresar, contrariamente a los dictados de nuestra tendencia habitual, hacia el Real Ser. No puede realizarse, por lo tanto, como un hecho mecánico, sino que, necesariamente, debe constituir un estado de atención exaltada, hasta tal punto que cambia nuestro mismo concepto respecto a la existencia.

Como se ha indicado más arriba, el recuerdo de sí, el sentirse Ser, al igual que la auto observación, la oración y la muerte mística constituye una vivencia del Tercer Estado de Conciencia. Como señala el Maestro “es un estado nuevo que sólo se conoce a través de la experiencia directa.” Y es por ello que, quizá, resulte más difícil explicar con palabras la sensación percibida que su puesta en práctica.

Por consiguiente, se observa que la recordación de sí,
rigurosamente practicada, constituye más un sentir que un recordar, más que un percibir, más que un análisis íntimo, pues, esencialmente, representa algo relajado, nuevo a cada instante. El esfuerzo psicológico por no caer en el olvido de sí, por no ceder ante la identificación, procura una transformación radical del momento dado. Cuanto más frecuentes sean los episodios de recuerdo de sí y mayor profundidad alcancen, en su expresión, mayor transformación en la existencia se producirá.
   
Como se ha visto, la recordación de sí mismo, independientemente de otras muchas ventajas, ya nos libra de la identificación con las circunstancias de nuestra existencia. Quien sea capaz de vivir en este estado, de instante en instante, no será presa de los sucesos, agradables o desagradables, por cuanto sabrá transformar sus reacciones mecánicas.

Resulta preciso sellarse herméticamente para que la Conciencia y que la vida no se confundan  en la identificación. Sellarse herméticamente, ‘aislarse’, o anteponer la Conciencia, no es otra cosa que impedir que las circunstancias, las personas, etc., nos vampiricen nuestra energía. Ello sólo se logra si no nos olvidamos jamás de nuestro Real Ser.

No cabe duda de que tanto las prácticas incipientes, como las más avanzadas, requieren una adecuada concentración y una percepción unitotal y consciente del acto en cuestión. De igual forma, el recuerdo de sí ha de realizarse en la totalidad de las situaciones del día ordinario: familia, trabajo, urbanidad, etc., con la plena atención e interés señalados.

El recuerdo de sí permite vivir alerta, ante los defectos psicológicos que afloran ante esas circunstancias externas,  sin perder de vista, eso sí, que las impresiones y los eventos son pasajeros. Debemos recordar que el Deber Parlock del Ser consiste en hacerse plenamente consciente de las impresiones que nos llegan del exterior.

Todos podemos haber experimentado, o cuando menos suponer, que, en presencia del Ser, resulta imposible que se manifieste el ego, debido a que son cualidades excluyentes. Quiere decirse, con ello, que el ego se manifiesta únicamente por el alejamiento que mantenemos con respecto a nuestro Real Ser. El Maestro nos indica: “Cuando el Padre se aleja, el hijo cae en desgracia.” Nos atrevemos a manifestar que, en ese caso, el hijo está perdido y derrotado. Y
sólo la humilde y sincera imploración puede conceder otra nueva oportunidad de regeneración.

A no dudar que, si nos esforzamos, recibiremos ayuda. Curiosamente, cuanto más nos acordemos de nuestro Real Ser, nos volvemos, en forma espontánea y natural, más capaces de acordarnos de Él. Y esto puede considerarse al gradual desarrollo del Sentido Espacial, el funcionalismo de la Conciencia despierta. Como se apuntó más atrás, la íntima recordación de sí mismo, de momento en momento, junto con la autobservación, desarrolla el Sentido Espacial, que incluye, de por sí, los sentidos de la vista, oído, olfato, gusto, tacto, etc.

El testimonio de varios hermanos ratifica que la aplicación comprensiva de esta técnica, y su ejecución, provocó un notorio avance en sus experiencias internas, incluso ya en la propia fase inicial de su puesta en práctica.

Primero que nada se debe aprender a ser, a descubrirse en el Ser. Debemos dejar que el Ser aflore, que se haga presente en nuestro
estado psicológico. Recordemos que el Maestro Samael indicaba lo increíble del hecho del olvido de sí mismo, incluso cuando el estudiante se encuentra en autobservación.

Por tanto, no debemos olvidar que el trabajo se debe efectuar siempre de la mano de nuestra Madre Divina. Ella conoce la tarea, el fin y la técnica apropiados para hacer efectivo el trabajo. Ella nos asiste continuamente y, sólo a condición de implorar, humilde y sinceramente, su ayuda, nos ilumina. Por consiguiente, debemos aprender a caminar siempre con el auto recuerdo de sí, siempre de la mano de nuestra Madre Divina Kundalini, lo que supone generar una situación en la que ya se dificulta la misma manifestación del ego.

Teniendo presente lo anterior, la primera sensación ha de proceder de la ineludible necesidad del recuerdo de sí. No debemos olvidar que, sin este estado, resulta imposible practicar rigurosamente la autobservación, puesto que sólo el reconocimiento propio, de instante en instante, permite la correcta aplicación de la clave SOL. Por ello, Samael nos aconseja relajarnos todo cuanto podamos, a lo largo del día, a fin de que el Ser, llegando a nosotros, se manifieste en nuestro estado psicológico y que, de esta forma, podamos recibir su Luz.

En efecto, sin la sensación de ser aquí y ahora, e n recordación total, no existirá autobservación en sentido estricto y fructífero pues, en ese supuesto, ni se percibe con objetividad, ni se transforman las impresiones. En ese negativo estado, olvidándose de sí misma, es cuando la persona se encuentra con propensión a cometer sus errores.

Uno de los primeros interrogantes que surgen por parte de las personas que inician esta labor es: “¿qué se experimenta con las primeras sensaciones del recuerdo de sí?” Sin la pretensión de sugestionar a nadie, se puede contestar que, sin pretender ni desear nada, se debe captar, experimentar, la sensación de ser aquí y ahora. Existen diversas señales que nos pueden indicar el grado de hipnotismo y de mecanicidad con que se desenvuelven nuestros sentidos ordinariamente. En este mismo instante:

¿Estamos conscientes de nuestro cuerpo físico?

¿Somos conscientes de nuestra postura corporal?

¿Somos conscientes del ritmo de la respiración?

¿Estamos activos en la percepción, o permanecemos pasivos?

¿Vemos los colores que se presentan ante nuestros sentidos?

¿Escuchamos los sonidos que se emiten a nuestro alrededor?

¿Olfateamos el aire que respiramos?

¿Percibimos el gusto de los alimentos que comemos?

¿Detectamos las sensaciones de nuestra piel?

¿Percibimos alguna tensión en nuestro organismo físico?

¿Nos percatamos, en este instante, de nuestro estado de ánimo interior?, etc.

Evidentemente, existirán situaciones en que los focos de atención y las impresiones serán más o menos numerosas, incluso en mayor número que las señaladas anteriormente. Pero, con la práctica, pueden llegar a percibirse, sino la totalidad, a gran parte de las preguntas enumeradas u otras similares que podrían citarse.

Para recibir con mayor facilidad todas las impresiones sensoriales: colores; luces; sombras; sonidos, lejanos o cercanos; calor o frío; ropa; olores; gustar con el paladar los
alimentos que digerimos, etc., el Maestro nos señala que: "Resulta altamente importante adoptar una posición pasiva de atención total."

Fruto de la experiencia compartida por algunos hermanos,
ofrecemos una serie de trucos o ayudas prácticas que han facilitado, en la práctica, la recordación de sí por medio de un choque consciente, ante las situaciones que se señalan:

*    al despertarnos.

*    al levantarnos de nuestro lecho.

*    antes de bendecir los alimentos que ingerimos.

*    ante la ocurrencia de un evento que previamente presumíamos que aconteciera.
*    al cruzar el umbral de una puerta, adelantando la pierna derecha.

*    al iniciar el ascenso de unas escaleras, igualmente iniciado con la pierna derecha.

*    ante el hecho de subirnos a nuestro automóvil, transporte público, etc.

*    al inicio de los saludos previos o posteriores de cortesía, al encontrarnos, o entablar o concluir una conversación, con alguna persona, conocida o desconocida. En aplicación del contexto en que ahora nos movemos, también ante la recepción de aportes de determinados hermanos que nos resulten agradables, incómodos, etc.

*    cuando se manifieste el ego concreto que estamos observando y estudiando, o su encubridor.
Esto nos puede permitir aprovecharnos, precisamente, de la identificación de la que ese demonio pretendía valerse.

*    al volver conscientes, en forma requerida, determinados actos como mover las manos abriendo y cerrando repetidamente el puño, en forma desigual (unas veces rápido, otra s veces lento, con mayor o menor presión y fuerza), siempre que la ocasión lo permita (al caminar, estando sentados, etc.).

*    al adoptar voluntariamente posturas extrañas, también con la pertinente discreción, en forma momentánea, mientras estamos incorporados, sentados, acostados, etc.

*    al caminar, respirar, comer, etc., rompiendo el ritmo y la pauta que se establece instintivamente.

*    al obligarse, asociando el “beep” de algún instrumento electrónico (reloj, ordenador, etc.), cada hora, a recordarse a sí mismo.

*    al cumplimentar, en forma desacostumbrada, las actividades rutinarias: dar rodeos en el camino, hacer pausas conscientes, etc.

*    antes de toda oración, o toda práctica, al realizar las respiraciones de relajación, etc. Nunca debemos iniciar nuestras prácticas u oraciones sin la necesaria toma de conciencia de sí mismo.

*    al asociar la sensación de hambre, durante la práctica de un ayuno, al recuerdo de sí. Esto vale también ante la detección de la inminente identificación que se iba a desencadenar.

*    al dedicar, al menos, unos minutos diarios de silencio interior en honor a nuestro Real Ser.

*    al obligarnos a anotar en un papel los eventos en que, por una u otra razón, nos hemos recordado a sí mismos.

*    al entrar en contacto con la naturaleza, por cuanto este solo hecho ya evoca al Ser.

*    al acostarnos.

*    antes de entregarnos al sueño38.

Después de efectuar un acto de los enumerados, u otro similar, debe proseguirse con la respiración consciente a fin de alargar ese estado que, generalmente, suele resultar muy breve y efímero.

No obstante lo anterior, se debe señalar el gran cuidado que debe tenerse con estos u otros trucos porque ellos mismos, debido a nuestra tendencia mecánica, tienden a volverse hábitos inconscientes. Esto podría aconsejar variar, cada pocos días, de unos a otros, a fin de evitar la rutina que, a poco que nos descuidemos, volverá a instalarse en nuestra conducta.

Existe un ejercicio específico de meditación que persigue tomar conciencia de sí mismo, al tiempo que hacer ver al ego lo pequeño que es para que, de esta forma, se retire de nuestro espacio psicológico. Esta práctica nos permite posicionarnos en nuestra Esencia para poder analizar nuestros yoes. El ego, creyéndose el centro del universo, sólo se retira cuando, por no soportar la realidad de verse minúsculo e insignificante, resulta altamente impresionado. Esta práctica es aquella en que, progresivamente, nos vamos visualizando en relación con nuestro cuerpo; con nuestro cuarto o vivienda; con el edificio donde ésta se ubica; con la ciudad radica; con la región, con el país, con el continente, con el planeta, con la galaxia...

Según se ha expuesto, tal como se podrá verificar en la práctica, mantenerse despierto, de momento en momento, es sumamente difícil, pero resulta indispensable, pues necesitamos, con gran urgencia, auto recordarnos en presencia de toda representación, y, especialmente, ante aquellas que puedan fascinarnos con mayor probabilidad.

Con el ejercicio de este hábito, se irá desarrollando, gradualmente, la pericia para recordar el mismo punto donde determinado pensamiento nos sumió en una nueva laguna de Conciencia. Con dicho desarrollo inicial, que podría considerarse una autobservación retardada, ya estaremos en condiciones más favorables para abordar la autobservación propiamente dicha, la división de la atención, cuestión que analizamos seguidamente.

sábado, 18 de febrero de 2012

Doctrina Gnóstica: Dile NO al chisme y la Critica.

"Hay que adentrarnos en nuestra"Luna Psicologica" y en nuestro "Pais Psicologico" y trabajar intensamente en los infiernos de la luna,desintegrando LAS CABEZAS DE GALLINAS Y LOS LOBOS AULLADORES que alli cargamos y que se expresan en nuestro comportamiento como personas CHISMOSAS y TRAICIONERAS. Elementos terriblemente malignos que tanto daño han causado a la HERMANDAD y a la HUMANIDAD y que si no nos lanzamos a su desintegraciòn,seràn capaces de seguir habitando en nosotros hasta llevarnos a nuestro propio CADALSO y FRACASO" V.M.LAKHSMI.(Fragmento del Boletin No33).
Hermanos(as) este material de estudio ( ver mas abajo) lo publico un hermano en la pagina de la comuna gnostica en la que muchos de nosotros somos miembros. para ver mas sobre el tema podemos ir a el web site buscar "foro de discusion" Titulo "comentarios y reflexiones sobre el chisme".
Dile
NO! Al Chisme

“Calumnia y Miente, que algo queda”. Maquiavelo
EL CHISME:
(Sus medios)
MURMURACION

Alguien a quien no le compete, da juicios sobre conductas y personas.

DIFAMACION

La revelación injusta de defectos ocultos e infamantes de otro, que aunque sean

ciertos no se tiene el derecho de sacar a la luz.
CALUMNIA

Es una mentira o un conjunto de mentiras. Se trata pues de una acusación falsa,

hecha maliciosamente, para hacer daño. Consiste en atribuir, mintiendo, una mala
acción a una persona inocente.
INJURIA

Se distingue de la murmuración, difamación y de la calumnia porque éstas recaen

sobre la persona ausente, en cambio,
en la injuria la persona afectada está
presente
.
EL JUICIO Y SOSPECHA TEMERARIA.

Se emiten juicios o se expresan sospechas sobre una o

varias personas sin tener evidencia, constancia o confirmación sobre lo cual se está
hablando.
COLABORACION CON EL CHISME.
(Colaboramos con el delito cuando…)
ESCUCHAMOS, ADMITIMOS Y PROPAGAMOS SIN VERIFICAR, RECHAZAR, O DENUNCIAR.
EN EL PEOR DE LOS CASOS, CUANDO NOS VOLVEMOS COMPLICES DEL OTRO POR
INTERESES COMUNES, O APROVECHAMOS LA COYUNTURA PARA NUESTRO BENEFICIO
PERSONAL.
CARACTERISTICAS BASICAS DEL CHISME Y DEL CHISMOSO.
ES EL ARMA DE LOS RESENTIDOS.

(De los perdedores y los perversos)

LE MUEVEN LA ENVIDIA Y LA AMBICION.
MANIPULA PORQUE NO PUEDE TRIUNFAR DE OTRO MODO.
LE GUSTA EL PROTAGONISMO. SER EL PRIMERO QUE DA LA NOTICIA.

(O sea, el Chisme)

NORMALMENTE LE MUEVE LA VENGANZA.
EN EL MEJOR DE LOS CASOS LE MUEVE LA IGNORANCIA.
EN EL PEOR DE LOS CASOS LE MUEVE LA MALA VOLUNTAD.
MEZCLA LA VERDAD CON LA MENTIRA.
EN CASOS PATOLOGICOS, EL MISMO SE CREE EL CHISME.
NORMALMENTE HAY EXAGERACION DE LOS HECHOS.
TRABAJA DESDE EL ANONIMATO.

(Como todo cobarde).

NO LE INTERESA SU OBRA, NI EN GENERAL, LA DE LOS DEMAS.
HA FRACASADO EN LA MUERTE PSICOLOGICA.
NO LE INTERESA QUE SE RESUELVA EL PROBLEMA

(o sobre lo que chismea).

EN EL FONDO, NI LE INTERESA LA SUERTE DE SU SANTUARIO, NI LA DE LA IGLESIA.
2
EFECTOS DEL CHISME.
DEFORMA LA REALIDAD.
PRODUCE CONFUSION.
FOMENTA LA CONDUCTA GREGARIA DE MANERA INCORRECTA.
AFECTA LA REPUTACION DE LAS PERSONAS.
AFECTA LAS RELACIONES INTERPERSONALES Y SOCIALES.
AFECTA A LAS COMUNIDADES.
AFECTA LA INSTITUCION Y SU ORGANIZACIÓN.
IMPIDE EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL.
DAÑA A LA PERSONA QUE LO EMITE.
DAÑA A LA PERSONA OBJETO DEL CHISME.
DAÑA A TODA PERSONA QUE LE PRESTE OIDOS.
DAÑA EL EGREGOR DE LOS SANTUARIOS Y TEMPLOS.
“QUEMA” ESTUDIANTES GNOSTICOS.
ATENTA CONTRA “LA RESTAURACION” DE LA IGLESIA.
DIFERENCIA ENTRE EL CHISMOSO Y LA PERSONA SERIA.
La Persona Decente

cuando ve que alguien está cometiendo un error y necesita ayudarlo, lo

hace de la siguiente manera:
De forma Directa

. En Privado. De Buena Manera y Sin hacer Escarnio Público.

La Persona Decente

, cuando tiene que denunciar una situación que amerita ser del

conocimiento de autoridades superiores, lo hace:

Estando completamente segura de lo que dice y de la veracidad de los hechos.


Si no hay evidencia palpable (hay casos en que no es posible), indicará claramente los

indicios, situaciones y eventos que sustentan su denuncia sin estar suponiendo lo que no
debe suponer.

De manera Responsable y sin miedo, pues sabe que está haciendo lo correcto.


Dentro de la más absoluta discreción para no fomentar chismes. (El asunto concierne

únicamente a los involucrados)

Sin la intención de dañar a la persona o personas denunciadas.


Con la Intención de que se corrija la situación para bien de todos.

La Persona Decente

no le lleva la vida a los demás, ni se mete en su vida privada. Observa

calladamente para aprender, pero nunca usa esa información para levantar juicios sobre los
demás, ni comentarlos a otros.
El Chismoso hace todo lo contrario.
“Quitar la buena reputación de alguien es quitarle algo propio,
(semejante a un robo)
, por lo cual hay estricta obligación de
restituirla y, en lo posible, compensarle por la ofensa que se le ha
hecho”.
Paz Inverencial,
Edgar Gidoni
República Dominicana.