viernes, 29 de junio de 2012

EL ELEMENTO DE CAMBIO



Cuando una persona se decide a realizar la Obra del Padre, lo primero que debe
comprender es que, ante todo, debe ser sincero consigo mismo, analizar ¿Por qué
está en la Gnosis? ¿Que lo impulsó a seguir estos estudios? ¿Ha comprendido que la
vida que lleva es mecánica? ¿Ha entendido como actúan las leyes de evolución e
involución? ¿Se ha detenido a analizar cuáles son las causas o motivos que llevan a
la involución o a la muerte segunda? ¿Ha comprendido que es una raza con sus siete
subrazas? ¿Ha estudiado lo que el Maestro Samael enseña de la edad de oro, de
plata, de cobre y de hierro? ¿Tiene un concepto claro sobre lo que es el Kaliyuga?
Hay una serie de cosas que nos permiten llegar a la conclusión de que estamos en
el final de la raza, que se nos acabaron las oportunidades de idas y venidas, que se
nos acabó el tiempo, el hombre está frente a lo que ha venido labrando a través de las
diferentes épocas. No olvide, querido hermano, que hay una máxima que dice: "El que
planifica lo que va a hacer mañana, mañana no puede corregir lo que debería hacer
hoy".
Cuando comprendamos que tenemos bajo nuestra responsabilidad el deber de
realizar un cambio radical en nuestra mente, en nuestras emociones y en nuestro
actuar, irán naciendo en nosotros los impulsos que nos van a permitir crear,
desarrollar dentro de nosotros el elemento de cambio.
Necesitamos un cambio real, justo, que no es cuestión de poses, ni mitomanía,
que tiene que concretarse en hechos y no más que hechos. Este
elemento de cambio
permite que nosotros pensemos y actuemos con nuestra propia convicción, evitando
que por conducta
gregaria nos pongamos a imitar lo que oímos y vemos hacer.
Este elemento de cambio es el punto matemático desde donde la Conciencia actúa
para la toma de cualquier decisión en relación con nuestro trabajo. Ese elemento de
cambio es el que nos permite tener la capacidad para la transformación de nuestras
impresiones. Ese elemento de cambio es el que nos permite estar en alerta
percepción, en alerta novedad y el que nos permite cambiar la forma de pensar y de
sentir.
Si usted, querido lector, está interesado en estos estudios, no se ponga a soñar
con poderes y con conocimientos que están de "tejas" para arriba, piense primero en
realizar un elemento de cambio que le permita ser serio en su trabajo, en sus
pensamientos y emociones.
Cuando uno aprende a ser serio, sincero y responsable consigo mismo,
indiscutiblemente la OBRA se hace. Si seguimos como marionetas manejadas por
criterios y voluntades ajenas, seguiremos siendo los mismos. Esto es para hombres y
mujeres que quieran ser libres.
Un cambio radical en nuestras vidas nos lleva al autoconocimiento, o sea nos hace
ver tal cual somos, y esto nos permitirá dejar de seguir pensando que somos
personas ya integradas con el Ser, cuando ni siquiera poseemos un centro
permanente de gravedad, que nos permita manejarnos, sin tener que estarnos
copiando de la vida de otros, de los procedimientos de otros, para poder actuar y
proceder.
Producir un elemento de cambio en nosotros en estos momentos
es indispensable, si en verdad aspiramos a la Autorrealización.
El hombre actual debe prepararse física y anímicamente para enfrentar los
momentos más difíciles y espantosos que se avecinan y hayan existido en la
humanidad.
Las buenas intenciones no valen, querer ser buena persona no basta, hay que
encarnar a esa buena persona y ella no es otra que los valores concientivos del Ser.
Cuando tenemos paz afloran Yoes buenos a los cuales les gusta la paz, apenas
hay conflictos surgen Yoes a los cuales les fascina la guerra y los conflictos, cuando
estamos orando aparecen Yoes amantes de la oración, cuando estamos frente a una
escena de humor se manifiestan en nosotros Yoes de humor, que hasta terminan
contando chistes de doble sentido.
Cuando estamos frente a una mujer de buenos sentimientos nos inspiramos en la
belleza de la vida, en la pureza y en el bien, pero si estamos frente a una mujer de la
vida licenciosa se expresan en nosotros Yoes de lascivia y de lujuria.
Si asistimos a una reunión donde se hable de transformación y regeneración
sentimos la necesidad de hacer esta regeneración, pero si estamos en un lugar donde
se hable de aguardiente, de mujeres y de problemas, no han de faltar Yoes en
nosotros compitiendo en la conversación.
Esto es más que suficiente para que analicemos si de verdad estamos preparados
para tener paz en medio de la guerra, para amar al enemigo, para sentir agrado con lo
que no nos gusta, para sostener nuestra tesis doctrinaria cuando todos nos persiguen.
Querido lector, sólo produciendo un elemento de cambio dentro
de lo más profundo de nuestra Conciencia podemos sostenernos fieles
y firmes en la OBRA del Padre.


V.M Lakhsmi Daimon

No hay comentarios.:

Publicar un comentario